La colección "Olcades poesía" acaba de lanzar el nuevo libro de Miguel Ángel Curiel, Trabajos de purificación, lleno del "misterio, la fascinación por lo que presenta perfiles imprecisos o dudosos, como una paradójica certeza que ata a la vida y es su fuerza motriz por encima de la obviedad ofensiva de lo real", en palabras de Rafael Escobar, que firma un intenso prólogo.
Con Trabajos de purificación el poeta se adentra un paso más en la
senda de intensificación por un lado y de desprendimiento por otro que va
trazando desde hace unos años, en una marcha ineludible hacia lo esencial de la
palabra poética como reflejo de la elementalidad de la materia y la vida, los
átomos del existir. En este libro se sirve Curiel mayoritariamente de la prosa
poética, una prosa cargada de momentos irracionalistas, como nos tiene
acostumbrados, en busca de un sentido nuevo para las experiencias vividas y una
manera radical de compartirlas con el lector. Una actitud interrogante,
admirada o tensamente serena ante los detalles de una existencia en la que se
nos invita a sumegirnos por encima del desgaste de la vida, pues “en el vértice
hay mucho amor, mucha luz, mucha esperanza”. Las visiones de las que se
alimenta el poeta, brillantes e íntimas, nos sacan más limpios de un libro que
juega de manera única con lo sensorial y lo reflexivo y los enrama para
atraparnos en un universo nunca antes habitado.
Os dejo con uno de los poemas más impresionantes del libro:
PANTANO
Nada mi vieja mujer en el pantano. Se adentra hacia el centro y saluda. De la hora que pueda estar en el agua esta vieja nadadora he hablado toda mi vida. En las fotografías siempre está de espaldas. Ahora firmo en el mármol que es como firmar en la nada.